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Fernando Alfaro es uno de
los músicos de referencia del rock independiente nacional y el líder y
vocalista de uno de los grupos de culto de los noventa: Surfin’ Bichos,
recientemente reunidos tras un hiato de tres décadas para grabar un disco que vio la luz en 2023.
Mundo turbio (Editorial Contra) es la primera
novela de Alfaro y parte de las letras de sus canciones para ampliar su nutrido
grupo de personajes atormentados, entre los que destaca Ángel Turbio,
trasunto del propio autor. En un estilo seco, hiriente y lírico —entre la
novela picaresca y Céline—, Mundo turbio es una suerte de bildungsroman
ibérico plagado de personajes inolvidables, de épica carcelaria, drogas duras y
amores fugaces.
Además, este volumen recoge la
totalidad de las letras escritas por Fernando Alfaro, tanto las compuestas para
Surfin’ Bichos como las de encarnaciones posteriores en grupos como Chucho
o proyectos en solitario. La originalidad del libro es que no solo presenta las
letras, sino que busca establecer paralelismos temáticos entre canciones
—algunas alejadas en el tiempo— con el fin de establecer una correlación de
temas y motivos recurrentes en la intensa y torturada poética del cantante.
En estos días de confinamiento he
podido leer la novela El graduado.
Hace años que vi en la película por televisión y recuerdo que me gustó mucho y salvo
unos pequeños cambios es una adaptación muy fiel al espíritu del libro.
Comparto algunos datos sobre Charles Webb, el autor de la novela.
Nació en los Estados Unidos cuando estaba a punto de estallar la Segunda Guerra
Mundial. Creció en los años de la satisfacción por la victoria y se encontró en
la Universidad con la sensación de no haber contribuido en nada a las
facilidades que su existencia iba encontrando a cada paso.
El zangolotino escritor
Cuando se doctoró en
Letras, en el Williams College pensó escribir una novela. La novela de su
desorientación. Y salió El graduado.
Una novela que más bien parece un guión cinematográfico, que Hollywood supo
explotar hasta convertirlo en una película taquillera. La obra reproduce
fielmente el espíritu de insatisfacción de buena parte de la juventud del mundo
occidental de su época. Cuando El graduado apareció en 1963 aún estaba lejos el
movimiento revolucionario que desembocó en el Mayo del 68 en París, pero los
síntomas ya estaban ahí.
El personaje central, Benjamín es un joven desorientado a
quien basta una solicitación femenina inesperada para desequilibrarlo.
La inexperiencia y la
irresponsabilidad de que da muestras el protagonista de la novela son quizá los
signos de un mal mayor que inquieta a la juventud de cualquier generación. Una juventud
que, como Benjamín, no ha tenido
oportunidad para decidir por sí misma el camino a seguir en sus vidas. Lo cual
se concreta en una inexperiencia a la hora de vivirlas. ¿Cómo hacer
responsables a estos jóvenes de lo que ellos no han podido decidir? Los medios
de comunicación actuales quizá le denominarían un nini, sin analizar las causas
de su descontento.
En cualquier caso, el mérito del
autor consistió en relatar este drama interior en tono agridulce en el que el drama
y la comedia forman dos caras de la misma moneda. El lector o espectador no
sabrá si reír o llorar o indignarse ante el pasmo inocente frente a una mujer madura
que se le ofrece, o ante [Atención se destripa el final] la escena
imposible, pero verosímil dentro del mundo ingenuo de Benjamín, del rapto de la
novia Elaine a golpes de candelabro (un crucifijo en la película).
Respecto a la película, dirigida
por Mike Nichols, el protagonista fue
interpretado por Dustin Hoffman y
aunque el personaje de la señora Robinson se perfiló como una mujer mucho más
mayor que él, AnneBancroft únicamente tenía seis años más
que Hoffman, que, a sus 30 años, interpretó a un estudiante de 21.
Los guionistas fueron Calder Willingham y Buck Henry, que hace un papel en la
película como recepcionista de hotel.
La banda sonora de esta película
está formada por canciones del dúo Simon y Garfunkel, compuestas por Paul
Simon. La mayoría de ellas, como “The sound of silence” ya habían sido
publicadas en discos anteriores, menos "Mrs. Robinson", escrita para la película;
luego, versionada por múltiples cantantes y grupos. Además de las canciones de Simon & Garfunkel, la película
cuenta con una parte instrumental de Dave Grusin, pianista, arreglista y compositor estadounidense de jazz y jazz fusión.
Podéis hacer click y leer sobre
la película y su banda sonora.
“Señora Robinson, ¿está usted
tratando de seducirme?”
De las diversas versiones de la canción "Mrs. Robinson" yo me quedo con la de Lemonheads.
Y haciendo doble click, me acuerdo
de la letra de la canción de Los Planetas “dulces sueños” incluida en su disco Encuentros con entidades, relacionada con el final de la película.
“...Que hoy tengas dulces sueños
Que aquí alguien no descansa
Pensando cómo rescatarte
De tan siniestras garras
Que a mí me gustaría ser
El graduado que te secuestrara
Y huir en autobuses
Y usar cruces como espadas”
Si no has visto El graduado,
hazlo, y si ya lo has hecho, pues hazlo otra vez o lee la novela.